Vida de los Santos
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Ramillete espiritual:

El 26* de febrero

San Porfirio de Gaza
San Porfirio de Gaza

San Porfirio de Gaza
Obispo
(353-420)

La familia de Porfirio era originaria de Tesalónica, en Macedonia (actualmente Salónica). Volviendo las espaldas al mundo, abandonó a sus amigos y su país a los veinticinco años. Se dirigió a Egipto, donde se consagró a Dios en un monasterio del desierto de Esqueta. Cinco años más tarde, pasó a Palestina y estableció su morada en una cueva cerca del Jordán; pero a los cinco años las enfermedades le obligaron a volver a Jerusalén. Ahí visitaba diariamente los Santos Lugares, apoyándose en un bastón, pues estaba sumamente débil.

Por aquella época, llegó a Jerusalén un peregrino asiático, llamado Marcos, que un día sería el biógrafo de San Porfirio. Marcos, muy edificado por la devota asiduidad con que Porfirio visitaba el sitio de la Resurrección del Señor y otras estaciones, le ofreció un día ayudarle, al ver que el santo tenía gran dificultad en subir la escalinata de una iglesia. Porfirio se negó a aceptar su ayuda, diciéndole: "No está bien que, habiendo venido a implorar el perdón de mis pecados, permita que me ayudes a subir; déjame sufrir un poco para que Dios se apiade de mí".

Por débil que estuviera, Porfirio no omitió jamás su visita de los Santos Lugares, ni la comunión diaria. Su única preocupación era que no había vendido todavía la herencia de su padre para repartir el producto entre los pobres. Confió esta misión a Marcos, quien partió con rumbo a Tesalónica para regresar tres meses después, cargado de dinero y objetos de gran valor. Marcos pudo apenas reconocer a Porfirio, porque, entretanto, se había mejorado prodigiosamente. Porfirio le dijo: "Hace cuarenta días, en un momento de grandes dolores, me desmayé al subir al Calvario y entré en una especie de trance o éxtasis. Me parecía ver al Señor, crucificado junto al buen ladrón. Entonces dije a Jesucristo: "Señor, acuérdate de mi cuando estés en tu Reino. En respuesta, el Señor ordenó el buen ladrón que viniese en mi ayuda. El buen ladrón me ayudó a levantarme y me ordenó ir a Cristo. Yo corrí hacia El, y el Señor descendió de la cruz y me dijo: 'Encárgate de cuidar mi cruz'. Obedeciendo a sus órdenes, a lo que me parece, me eché la cruz sobre los hombros y la transporté algo más lejos. Poco después me desperté el dolor había desaparecido, y desde entonces no he vuelto a sufrir de ninguna de mis antiguas enfermedades."

Las palabras y el ejemplo del siervo de Dios impresionaran tanto a Marcos, que decidió quedarse a vivir con él. Porfirio, que había distribuido toda su herencia entre los pobres, se vio obligado a trabajar para ganarse la vida. Aprendió a fabricar zapatos y a trabajar el cuero, en tanto que Marcos, un hábil escribano, se hizo famoso copiando libros. Porfirio continuó su vida de trabajo y penitencia hasta los cuarenta años de edad. Entonces el obispo de Jerusalén le ordenó sacerdote Y confió a su cuidado la reliquia de la cruz. Esto aconteció el año 393.

El año 393 fue elegido obispo de Gaza. El obispo de Cesárea escribió al de Jerusalén, pidiéndole que enviase a Porfirio.

Al recibir esta orden de su obispo, Porfirio se turbó, pero dijo inmediatamente: "Que se haga la voluntad de Dios". Esa misma noche llamó a Marcos y le dijo que el Salvador se le había aparecido la noche anterior y le había dicho: "Renuncia a la custodia de la cruz, pues voy a darte una esposa pobre y de humilde origen, pero de gran virtud y piedad. Adórnala bien, pues, a pesar de su pobre apariencia, es mi hermana". Porfirio añadió: "Esto me dijo Cristo anoche; esto me hace temer que tendré que cargar con los pecados de los otros y no sólo expiar los míos, pero hay que obedecer a la voluntad de Dios."

Después de visitar los Santos Lugares, Porfirio y Marcos partieron a Cesárea y llegaron sin novedad. Al día siguiente, el obispo Juan de Cesárea ordenó a unos ciudadanos de Gaza que sujetaran a Porfirio, y le consagró obispo ahí mismo. El siervo de Dios sufrió mucho al verse elevado a una dignidad a la que no se sentía llamado. Los ciudadanos de Gaza le consolaron, juntos emprendieron el viaje a dicha ciudad, a donde llegaron el miércoles por la noche. El viaje había sido fatigoso, pues los paganos de los pueblos de los alrededores, al enterarse de la noticia de la llegada del nuevo obispo, habían destrozado y obstruido los caminos, hasta dejarlos casi, intransitables.

Aquel año hubo una gran sequía, que los paganos atribuyeron a la llegada del obispo cristiano, ya que, según ellos, el dios Mamas había profetizado que Porfirio atraería muchas calamidades sobre la ciudad. Había en Gaza un famoso templo de ese dios. Como la sequía continuase dos meses después de la llegada de Porfirio, los paganos se reunieron en el templo a implorar la protección del dios Mamas. Los cristianos, después de un día de ayuno y una noche de oración, se dirigieron en procesión a la iglesia de San Timoteo extra muros, cantando himnos.

A su vuelta encontraron cerradas las puertas de la ciudad. Entonces Porfirio y su grey pidieron a Dios con renovado fervor que enviase la lluvia; las nubes empezaron a acumularse, y pronto cayó una lluvia tan abundante, que los paganos abrieron las puertas de la ciudad y se unieron a los cristianos, gritando "Cristo es el único Dios verdadero, el único capaz de acabar con la sequía." Este hecho y la curación milagrosa de una mujer produjeron numerosas conversiones. Viendo esto, los paganos empezaron a hacer la guerra a los cristianos, excluyéndolos del comercio y los oficios públicos y molestándolos por todas las maneras posibles. Para proteger a su grey, Porfirio envió a su discípulo Marcos a ver al emperador y más tarde acudió él mismo a Constantinopla, acompañado del obispo Juan.

Gracias a la intercesión de San Juan Crisóstomo y de la emperatriz Eudoxia, Arcadio accedió a las súplicas de Porfirio y aun le otorgó el permiso de destruir los templos paganos que había en Gaza. Diez días después, llegó Cinegio con un fuerte contingente de soldados a ejecutar el edicto del emperador. Así desaparecieron ocho templos paganos, entre ellos el de Mamas, devorados por las llamas.

Muchos paganos pidieron el bautismo; pero otros, furiosos, se levantaron en armas, y Porfirio escapó milagrosamente con vida. Donde antes se levantaba el templo de Mamas se construyó una iglesia en forma de cruz. La construcción, que comenzó el año 403, duró cinco años. Porfirio consagró la iglesia el día de Pascua del año 408. Con esa ocasión, distribuyó grandes limosnas a los pobres, cosa en la que se mostraba siempre muy generoso. El santo obispo pasó el resto de su vida en el celoso cumplimiento de sus deberes pastorales y, a su muerte, la idolatría había desaparecido casi completamente de la ciudad.

(Resumen ODM), Butler, Vidas de los Santos

*Los años bisiestos, se fiesta eso Santo el 27 de Febrero.