Vida de los Santos
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Ramillete espiritual:

El 7 de enero

San Luciano
San Luciano

San Luciano
Presbítero y Mártir
(† 312)

Samosate, ciudad de Siria, fue la patria de San Luciano; recibió una excelente educación de sus piadosos padres, pero tuvo la desgracia de perderlos a la edad de doce años. Sin apego al mundo, vendió sus bienes, se hizo monje y aspiró a una sola gloria: la de dedicar sus grandes talentos y toda su vida al conocimiento de las Sagradas Escrituras y a la defensa de la Fe verdadera. Pronto se formó una escuela alrededor de su fama en Antioquía, y muchos jóvenes acudieron a él para recibir lecciones de ciencia y virtud. Su celo conmovió a los enemigos de la religión de Jesucristo; fue arrestado por orden del emperador Valerio Maximiano y pasó nueve años en un calabozo. Allí encontró la manera de escribir cartas a los habitantes de Antioquía para consolarlos y fortalecerlos; compuso una sabia defensa de la religión, que se atrevió a presentar a sus jueces. El propio emperador intentó superar su resistencia.

Después de haber usado en vano las promesas más seductoras, lo expuso a los dientes de las fieras bestias; lo hizo sufrir los diversos tormentos de la rueda, el caballete, el fuego y otros más; cada tormento lo llevó a una victoria milagrosa. El héroe cristiano es llevado de nuevo a la cárcel, donde pasa catorce días en la privación y el sufrimiento. Se acercaba la Epifanía, y Dios dio a Su mártir la fuerza y los medios para celebrarla; no había altar, y la sucia mazmorra no era apta para el sacrificio: «Mi pecho -dijo el Santo a sus preocupados discípulos- servirá de altar, y vosotros, los que me rodeáis, formaréis el templo que nos ocultará de la vista de los profanos».

Por última vez, Luciano es llamado ante el tirano, quien le pregunta: «¿Cuál es tu patria? -¡Soy cristiano! -¿Cuál es tu profesión? -Yo soy cristiano! -¿Quién te dio a luz? -¡Soy cristiano!» ¿Hay algo más sublime que esa respuesta? Pronto le siguió la recompensa, porque Luciano, que fue arrojado al mar después de haber sido atado a una gran piedra, consumió así su sacrificio.