Ramillete espiritual:
El 10 de enero
San Gonzalo fue español de nación, natural de un lugar llamado Taglide, en el reino de Portugal, y de muy noble linaje. Desde niño empezó a dar muestras de su futura santidad: hacía muchas cosas que de todos eran juzgadas por milagrosas. Resplandeció en muchas virtudes, particularmente en la castidad y misericordia con los pobres. Fue a Roma y visitó los sagrados cuerpos de los apóstoles San Pedro y San Pablo, y después pasó a Jerusalén a visitar el Santo Sepulcro.
Era muy devoto de la Virgen María, a quien pidió le mostrase el más seguro camino de la gloria, y Su Majestad se le apareció y le dijo que tomase el hábito del glorioso Padre Santo Domingo. Así lo hizo, y, después de haber hecho su profesión, con permiso de su Prior, volvió a la ermita que tenía cerca de un lugar llamado Amarante, para vivir solitario, en una vida muy penitente. Dios hizo muchos milagros a través de él. Entre tantos, una fuente de vino brotó, después que golpeó una roca con su bastón.
Después de haber vivido muchos años en vida santísima, descansó felizmente en el Señor el 10 de Enero, año de Cristo de 1260.
Los Héroes del Cristianismo, Madrid, 1876