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El 10 de octubre

San Francisco de Borja
San Francisco de Borja

San Francisco de Borja
Presbítero
(1510-1572)

San Francisco de Borja nació en Gandía el 1510. Era hijo del duque de Gandía y de Juana de Aragón, y biznieto, por uniones ilegítimas, de Alejandro VI y de Fernando el Católico. De estas uniones ilegítimas salió el título «Francisco, el Expiador».

Sus padres eran muy virtuosos. Una abuela de Francisco, una tía y tres hermanas fueron religiosas. Y el Santo, con sus heroicas virtudes, borró las manchas familiares. «No se pareció en nada a los Borjas de Italia».

Estudió en Zaragoza, junto a su abuelo, por unión ilegítima, el arzobispo y virrey Don Alfonso de Aragón. Fue con su hermana María Luisa, que murió con fama de santidad, y se ha escrito su vida, «La Santa Duquesa».

Fue Francisco algún tiempo paje en Tordesillas y, luego en Valladolid, caballerizo mayor de Carlos V y de la emperatriz Isabel. Isabel se había traído de Portugal a Leonor de Castro. En 1529, a los 19 años, se casó Francisco con Leonor, la camarera mayor de Isabel. Tuvieron nueve hijos.

La vida de Borja en la corte era una vida ejemplar. Habían de acompañar a todas partes a sus Majestades. Francisco intervino en la batalla de Provenza. Allí murió en sus brazos su amigo el poeta Garcilaso de la Vega.

Hay en su vida un momento que dejará para siempre en él una huella profunda. El 1 de mayo de 1539 moría en Toledo la emperatriz Isabel, la mujer más bella de su tiempo, como atestiguó en su lienzo el Ticiano. Francisco veló el cadáver inconsolable. Buen tema para exaltar la fantasía de los románticos, que presentaron a Francisco como enamorado de Isabel. No, Francisco miraba a Isabel con todo el respeto que un honrado y fiel caballero alberga hacia su reina y señora.

Pero la caducidad de las cosas humanas le hizo pensar. Él era un buen cristiano. Ahora ha decidido entregarse totalmente a Dios. Francisco acompañó el cadáver de Isabel hasta Granada. Antes de enterrarlo, hubo que abrir el féretro para certificar que aquel irreconocible rostro, después de 18 días de viaje, pertenecía a la más bella emperatriz. Entonces se dice que Francisco exclamó: «Nunca más servir a señor que se me pueda morir».

Esto sin embargo fue sólo una confirmación. La decisión la había tomado antes ya. Lo que Francisco recordará a lo largo de su vida en su diario es el 1 de mayo en Toledo: «Por la emperatriz, que murió tal día como hoy. Por lo que el Señor obró en mí por su muerte. Por los años que hoy se cumplen de mi conversión». Aquí tomó la decisión, más que en Granada.

Francisco siguió a las órdenes del emperador. Pero la herida estaba abierta. Le nombra virrey de Cataluña. Ejerce el cargo con justicia y rectitud. Muere su padre. Ya es duque de Gandía. Entra en contacto con los Padres Jesuitas Fabro y Araoz. Escribe a San Ignacio. Realiza una gran labor social. Muere Leonor. Francisco tiene 36 años y 7 hijos. ¿Qué hacer? Hace Ejercicios Espirituales para acertar con el método de elección de vida.

Lleva una vida de profunda oración y mortificación. Adelgaza tanto que dice con gracejo que podía dar a su cuerpo un par de vueltas con la piel. Arregla los asuntos de sus hijos y de sus estados. Renuncia a sus títulos. Entra en la Compañía de Jesús. Marcha a Roma. Se ordena sacerdote.

Viene a España. Predica mucho. Visita a Santa Teresa en Ávila y a Carlos V en Yuste. Vuelve a Roma. Muere San Ignacio. Es elegido General después del P. Laínez. Otra vez en España, enviado por Pío V, para preparar la Liga que triunfaría en Lepanto. Vuelve agotado a Roma. Muere el 1572. Sus restos fueron trasladados a Madrid. Canonizado el 1671 por Clemente X.