Ramillete espiritual:
El 18 de mayo
Nació en 1513, en Cantalicio, pueblo de la Umbría, hijo de padres pobres, pero temerosos de Dios. Jamás perdió la inocencia bautismal; amó siempre a Dios y fue devoto singular de la Virgen. Siendo niño guardó ovejas, y luego fue labrador, orando en medio del campo. Leyendo la Vida de loa Santos, resolvió imitarlos.
A los veintiocho años entró en el noviciado de la religión de PP. Capuchinos, en calidad de lego, donde cayó enfermo. Recobrada la salud, le enviaron a Roma, de oficio limosnero, que ejerció cuarenta años con grande edificación. Era austero para si mismo y extremadamente cariñoso con los demás. En su sencillez se descubría delicadeza, genio y buen gusto. Mortificaba tanto los sentidos, que más parecía ángel que hombre. Su ardiente caridad con los pobres era hija del encendido amor que a Dios tenía. En los quince últimos años de su vida comulgaba diariamente. Ayunaba a pan y agua todas las vísperas de la fiesta de la Virgen, y María Santísima se le apareció y le puso al Niño Jesús en sus brazos. Con tan ricos consuelos ya no pensó sino en desasirse de la mortaja corporal.
Subió al Cielo el 18 de Mayo de 1587, y el papa Clemente XI le canonizó en 1712.