Ramillete espiritual:
El 16 de diciembre
Fue San Eusebio natural de la isla de Cerdeña, hijo de Restituta, mujer noble y virtuosa, la cual, hallándose viuda y habiendo cesado la persecución contra los cristianos, partió a Roma, llevando consigo un hijo suyo, que ofreció al santo Pontífice Eusebio, suplicándole que le tomase bajo su amparo y le mandase criar y enseñar en toda virtud. Hízolo así el santo papa: bautizóle y le puso su mismo nombre, y antes de bautizarle tuvo revelación de cuán señalado varón hara de ser, que tal su instrucción, que llegó con el tiempo a ser luz de la Iglesia católica, prelado excelentísimo y martillo de los herejes arrianos, de los cuales padeció gravísimas persecuciones por nuestra santa religión. Siendo obispo de Vercelli, el emperador Constancio, a instancias de los obispos arrianos, le condenó a destierro, en el que fue preso, arrastrado y atormentado con varios suplicios y siendo ya de ochenta años, después de haber hecho cosas grandes en la Iglesia de Dios y defendiéndola contra los herejes, descansó en paz el día 1o de Agosto del año 371.