Ramillete espiritual:
El 17 de abril
Era inglés, quizá nacido en el condado meridional de Dorset, se formó en la abadía de Sherborne, y muy joven aún pasó al continente y se hizo monje en Molesme, en la Borgoña, donde san Roberto buscaba fórmulas de observancia más estrictas de la regla benedictina.
Insatisfechos con los resultados, Esteban, san Roberto y otros se trasladaron a Citeaux, no lejos de Dijon, para fundar una nueva comunidad, y éste fue el origen del Císter, los monjes de hábito blanco por contraste con el negro del entonces floreciente hasta el anquilosamiento de Cluny.
En 1109 Esteban Harding fue el tercer abad del Císter, y como tal tuvo que hacer frente a una época difícil en la que la orden, casi recién nacida, se vio abocada a su extinción. La llegada de san Bernardo, de quien Esteban fue maestro, dio horizontes más amplios al ideal cisterciense, que se extendió hasta impregnar todo el espíritu de estos siglos.
San Esteban fue abad durante veinticinco años y al parecer redactó la Carta de caridad o nueva regla que lleva su sello personal, una espiritualidad austera y exigente. «Siempre alegre en el Señor», según dice de él su primer biógrafo, es el santo que en toda situación sabe estar en su sitio; buscando mayor rigor y perfección cuando el alma lo pide, gobernando cuando hay que gobernar, eclipsado en cierto modo por el brillo genial de san Bernardo con la humildad del afán de la tarea común sin lucimiento, al servicio de Dios.
Texto de: la Parroquia "Sagrada Familia" ( Diócesis Tui - Vigo - España )