Ramillete espiritual:
El 18 de marzo
Fue uno de los obispos más célebres de la época visigoda, y discípulo de san Isidoro, de quien heredó la ciencia y el espíritu. Gracias a sus amistosas importunaciones, tenemos el libro de las Etimologías, que san Isidoro le envió en prueba de cariño. Como obispo de Zaragoza, mantuvo la disciplina en toda la España del norte, y en ocasiones defendió a todos los obispos de la nación contra falsas imputaciones de que habían sido acusados ante la sede Apostólica. Murió en 646.
(Misal - Proprio de España)