Ramillete espiritual:
El 7 de octubre
«Rezar el santo Rosario, no sólo es hacer memoria, del gozo, el dolor, la gloria, de Nazaret al Calvario. Es el fiel itinerario, de una realidad vivida, y quedará entretejida, siguiendo al Cristo gozoso, crucificado y glorioso, en el Rosario, la vida».
Así reza el himno de Laudes de la fiesta de este día. Es una buen síntesis de lo que es y de lo que significa el santo Rosario.
- «El Rosario es el compendio de todo el Evangelio.
- «El Rosario es una oración evangélica, de orientación profundamente «cristológica».
- El Rosario es una oración laudatoria, pero sobre todo «contemplativa».
- El Rosario es vástago germinado sobre el tronco secular de la liturgia cristiana.
- El Rosario es el Salterio de la Virgen mediante el cual los humildes quedan asociados al cántico de alabanza y a la intercesión universal de la Iglesia.
- El Rosario es un ejercicio piadoso inspirado en la Sagrada Liturgia, con la que fácilmente se armoniza.
- El Rosario es una óptima preparación y fructuosa prolongación a la celebración de los misterios de Cristo en la acción litúrgica.
- El Rosario es la memoria contemplativa de los mismos acontecimientos salvíficos realizados por Cristo».
El origen del Santo Rosario es tan antiguo como el mismo cristianismo aunque como es lógico no en su forma actual. Cristo vivió los misterios de su vida para que nosotros los cristianos los reproduzcamos en nuestra vida mediante la oración y vida diaria. En el Rosario se recuerdan los misterios de la vida de Cristo. La tradición ha hecho al español Santo Domingo de Guzmán autor del actual Rosario. Esto importaría poco. Los dominicos -sus hijos- han sido siempre los grandes propagadores de esta devoción tan querida por el pueblo cristiano. El origen de la fiesta de hoy -antes se llamaba la Virgen de las Victorias- arranca de la batalla de Lepanto que el Papa San Pío V encomendó a la Virgen del Rosario y la victoria se atribuye a su poderosa ayuda. Año 1571.
Los Papas, los Reyes, los Santos, los Sabios y la gente sencilla, desde que esta devoción es conocida, lo han rezado y propagado con gran celo. Ocuparía muchas páginas si quisiéramos recoger los piropos que durante siglos han tributado a esta forma de honrar a la Virgen y a Cristo, celebrando sus misterios. Sobre todo a partir del Papa León XIII todos los Papas han exhortado vivamente al rezo diario en familia y en particular de esta devoción. «Rezad el rosario», dijo la Virgen a Bernardita en Lourdes y a los pastorcitos de Fátima. También nos lo dice hoy a nosotros. ¿Lo haremos cada día?