Vida de los Santos
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Ramillete espiritual:

El 15 de octubre

Santa Teresa de Avila
Santa Teresa de Avila

Santa Teresa de Avila
Virgen y doctora de la Iglesia
(1515-1582)

«Mujer de inteligencia peregrina, y corazón sublime de cristiana, fue más divina cuanto más humana, y más humana cuanto más divina». Así cantó de ella Gabriel y Galán.

«Teresa de Jesús ilustró con las virtudes de su vida angelical... a toda la Iglesia católica» (San Pío V).

«...como brilla el sol en su cenit, así resplandece Teresa en el Templo de Dios» (Lit. Ambrosiana).

«Madre de los espirituales» (Lápida al pie de su estatua en San Pedro del Vaticano).

«Cuanto el tiempo más nos aleja de Santa Teresa, tanto más se agiganta su figura» (Pascal).

Y etc., etc., etc... Porque estas dos páginas serían sólo de los ditirambos más lindos y habría que alargar la tirada... Baste añadir estos dos piropos que se atribuyen al mismo Jesucristo: «Teresa, si no hubiera creado el cielo, sólo por ti lo creara». Y en aquel encuentro sabrosísimo por las escaleras de la Encarnación de Ávila: «¿Tú quién eres?» «¿Y tú?» le pregunta el niño rubio y guapísimo de doce abriles: «Yo, Teresa de Jesús». «Pues yo -responde aquel Niño Divino- Jesús de Teresa».

Nace en Ávila un miércoles de marzo de 1515. Era el día 28. Sus padres, dos ejemplares cristianos: Alonso de Cepeda y Beatriz de Ahumada. Son bendecidos con muchos hijos. Teresa será la tercera de este segundo matrimonio de D. Alonso. Doña Beatriz morirá muy joven. De lo contrario quizá aún hubiera seguido algún otro hijo a Juana que hacía el número octavo.

La educan muy cristianamente. Aprendió a rezar a la vez que a mamar. Hace altarcitos. Quiere huir a tierra de moros con su hermano Rodrigo para ser decapitada por Cristo, pero su tío Francisco Sánchez de Cepeda les hace volver a la casa paterna.

Es internada. Muere su madre y atraviesa una temporada un tanto desviada de sus fervores anteriores. El 2 de noviembre de 1535, sin permiso de su padre, ingresa en el Convento de la Encarnación. Viste el hábito carmelitano el 2 de noviembre de 1536 y hace sus Votos Religiosos el 3 de noviembre de 1537. Cae enferma. Sale del convento y cura. Su vida todavía está muy lejos de dar ese SI definitivo o tercera Conversión al Señor. Esta no llegará hasta la Cuaresma del 1554 cuando ella tenga ya 39 años. Los diversos «quieros» de Teresa encuentran el definitivo... Se entrega de lleno al Señor y... para siempre.

El 1562 reforma el Carmelo femenino con permiso del P. General. Seis años después funda el primer convento de Padres reformados yendo a la cabeza San Juan de la Cruz.

Escribe libros prodigiosos llenos de sabiduría y experiencia mística: Su Autobiografía, Camino de Perfección. Las Moradas, Cartas, Poesías, Modo de Visitar Conventos, Constituciones... Es la admiración de propios y extraños. Recibe gracias místicas. Muere la «Santa» la tarde del 4 de octubre del 1582. Al día siguiente era el 15 por la reforma del calendario que introduce Gregorio XIII. El 27 de septiembre de 1970 es declarada Doctora de la Iglesia.

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